El lector tiene en sus manos un libro autobiográfico, aunque en algunos
pasajes haya dejado correr la pluma a capricho. Memorias de colegio,
confesiones del adolescente conflictuado que fui. ¿Dónde está la fantasía,
dónde el relato exacto de cuanto ocurrió en aquellos años irrepetibles? Quien
juegue a las adivinanzas tal vez pierda.
Algunos nombres han sido cambiados, otros –los más- resistieron intactos el salto a la literatura. A nadie juzgo, pues yo he sido el primer pecador. No busco saldar cuentas con el pasado, ni dar testimonio de una época; sólo quise en estas páginas recuperar vivencias, las más fuertes de mi vida. Y a quien halle aquí descriptas acciones incorrectas, pido su absolución...
Algunos nombres han sido cambiados, otros –los más- resistieron intactos el salto a la literatura. A nadie juzgo, pues yo he sido el primer pecador. No busco saldar cuentas con el pasado, ni dar testimonio de una época; sólo quise en estas páginas recuperar vivencias, las más fuertes de mi vida. Y a quien halle aquí descriptas acciones incorrectas, pido su absolución...